Cada ser vivo que viene al mundo tiene su propia tarea, la cual debe realizar mientras la vida se lo permita. Puedo llamarme afortunado por saber lo que tengo que hacer. Tengo que amar, escuchar, comprender y trabajar, es decir, crear. Creo en el poder de la creatividad y en la creación, que necesitamos cada vez más.
En mis obras, trato de procesar los impulsos y estímulos, de tal manera que intento concentrarme en las reacciones que se filtran desde mis capas consciente y subconsciente para luego traducirlas a una forma plástica. También me alimento del mundo de los cuentos de hadas, fábulas e historias sagradas, ya que contienen verdades y lecciones básicas. En mi lenguaje plástico uso una forma simple de expresión, en aras de pocas pero verdaderas palabras.
En mis esculturas intento mostrar la dualidad y tensión que resulta de la lucha casi continua entre el instinto animal y el ser espiritual. Así, mis obras nacen de una mezcla de formas geométricas abstractas y figurativas.

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